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Marzo 30, 2025
Talca (Maule)

Estrés




¿Qué es
?

Se considera estrés al mecanismo que se pone en marcha cuando una persona se ve envuelta en un exceso de situaciones que superan sus recursos. Por lo tanto, se ven superados para tratar de cumplir con las demandas que se le exigen para superarlas. En estos casos, el individuo experimenta una sobrecarga que puede influir en el bienestar tanto físico como psicológico y personal. 

 

Causas

Hay múltiples causas que pueden generar estrés, que no necesariamente van vinculadas con factores negativos. Existe el estrés positivo que es el cual actúa como un proceso general de adaptación de los individuos al medio. Por ejemplo, este tipo de estrés puede aparecer cuando alguien tiene frío tensando los músculos para producir calor, cuando se produce un esfuerzo para hacer la digestión, con la pérdida de un ser querido, la quiebra económica, o incluso frente a una boda. Es decir, sirve como estímulo y mecanismo de respuesta frente a situaciones importantes para una persona. 


Prevención


Según la Sociedad Española para el Estudio del Estrés y la Ansiedad (SEAS), el estrés se manifiesta en una primera fase de activación o preparación de la persona frente a este estímulo; después hay un periodo de mantenimiento del estado de alta actividad y, por último, cuando se ha superado la situación, se pasa a una fase de agotamiento en la que la alta actividad cae bruscamente. 


Este es necesario para superar las situaciones que demandan más esfuerzo y activación: lo que es necesario prevenir es su exceso. Es beneficioso saber detectar esta tensión  y ver si se repite de forma innecesaria para poder frenarlo y evitar poner en riesgo la salud y el bienestar. 


Síntomas 

Esta fatiga puede causar muchos síntomas, tanto físicos, como psicológicos y emocionales. Muchas veces los afectados no relacionan los signos con el propio estrés, los más frecuentes son: 

 

  • Dolor de cabeza: Es el síntoma más frecuente. Generado por el estrés o la ansiedad de forma habitual, se presenta generalmente debido a la tensión muscular que ejercemos sobre la cabeza, la mandíbula, el cuello, etc. 
  • Falta de energía o de concentración: Los afectados se centra tanto en un tema, que le cuesta prestar atención al resto de cosas, perdiendo de ese modo parte de la concentración. 
  • Problemas de salud mental: Como ansiedad o depresión.
  • Problemas cardiovasculares o musculoesqueléticas: Causado cuando el agotamiento se prolonga mucho tiempo. 
  • Cambios en el peso: Generado por los malos hábitos alimentarios vinculados con el estrés. Los cambios de apetito suelen ir acompañados habitualmente de un estilo de vida sedentario.
  • Problemas a nivel sexual: El cansancio generado por la fatiga puede prolongarse provocando problemas en muchos ámbitos de la vida, incluido el sexo. 
  • Rigidez en la mandíbula y el cuello:  Que a su vez pueden ocasionar dolores de cabeza.
  • Insomnio o exceso de sueño: La dificultad para conciliar el sueño es una causa frecuente, afectando tanto a la cantidad como a la calidad del sueño.
  • Desgaste a nivel celular y envejecimiento: Con el descanso se puede recuperar y hacer reversible el proceso de desgaste. Si alguien no duerme de forma continuada evitará en un estado de hiperactividad continuado y se le acumularán los sucesos estresantes. En estos casos, la persona afectada puede llegar a tener problemas de salud, tanto físicos y como mentales.
  • Otros: Como mala memoria, diarrea, estreñimiento, cambios de conducta, problemas estomacales, cansancio constante y prolongado, etc.

 

Tratamientos 

Los expertos recomiendan tratar de reducir el estrés lo máximo posible. Hay varias recomendaciones útiles para conseguirlo:

  1. Reconocerlo y entender las situaciones que lo desencadenan. 
  2. Evitar incrementarlo mediante hábitos poco saludables: hacen más daño que los beneficios que se piensa que generan. Las costumbres habituales que pueden causar daños al organismo son comer en exceso, fumar y beber alcohol, o consumir otras drogas.
Hay muchas técnicas apropiadas para mitigar este estado, algunas de ellas son: 

  • Admitir y reconocer que hay situaciones que no se pueden cambiar, aunque se quiera, y tratar de lidiar con ellas de la mejor forma posible cambiando algunos aspectos para tratar de amenizarlas.
  • Alejarse lo máximo de la fuente potencial del estrés
  • Hacer ejercicio de forma regular para liberar tensiones.
  • Adoptar una postura más positiva ante los problemas y las situaciones complejas.
  • Aprender técnicas de relajación, realizar actividades como yoga o pilates.
  • Aprender a poner límites si el estrés se origina por el exceso de tareas originadas en el trabajo o en el ámbito familiar.
  • Mantener una dieta saludable y equilibrada, como la mediterránea.

 

Tipos

Según la Asociación Americana de Psicología (APA), el estrés, en su fase normal, tiene dos tipos: 

 

Estrés agudo: Conocido como el estrés bueno; se ocasiona en un breve periodo de tiempo y normalmente desaparece con rapidez. Es frecuente en todo el mundo, aparece cuando se vive un proceso nuevo o excitante, o cuando se pasa por situaciones complicadas, como rupturas de pareja. Dado al escaso tiempo que dura no suele ocasionar problemas importantes para la salud. 


Estrés crónico: Se padece durante un periodo de tiempo más prolongado que el estrés agudo. Este tiempo puede variar desde varias semanas a meses. Las personas que padecen este tipo de estrés pueden acostumbrarse tanto a la situación de activación, que pueden llegar a no darse cuenta de que lo viven y acaban sufriendo problemas de salud. Suele aparecer cuando las personas no ven una salida a una situación compleja y deprimente, algunas veces aparece por una experiencia vivida en la niñez que se interioriza y se mantiene latente desde entonces. 

  

Otros tipos de estrés pueden ser:


Estrés postraumático: Se produce cuando el afectado ha tenido que afrontar una situación traumática en la que estaba en riesgo algo muy importante, incluso la propia vida o la de un ser querido. Ante ese problema surge una reacción de miedo intenso que actúa como mecanismo de defensa frente a las amenazas y tiende a protegernos del peligro. Puede aparecer ante amenazas como un asalto o una violación, por ejemplo. 


Después del hecho, cuando la persona afectada ve algo que le recuerda a ese trauma, sufre una reexperimentación: recuerda la situación de forma nítida de forma que parece que la está viviendo de nuevo, entonces aparecen síntomas de miedo. 


Se incrementan las respuestas fisiológicas, como el aumento del ritmo cardiaco o el aumento de la temperatura, entre otras. 

Una de las consecuencias de este estrés es el embotamiento mental, que dificulta realizar acciones cotidianas como mantener una conversación o leer. La causa es una mezcla de sentimientos de culpa o una fuerte ansiedad que altera los procesos cognitivos. 

Cuando no se sabe manejar el miedo ocasionado por el trauma se puede llegar a cronificar. Vivir el miedo de forma crónica conlleva un desgaste importante y desemboca en un trastorno denominado estrés postraumático. Este trastorno no se suele quedar ahí: va empeorando con el tiempo y aumentando en cuanto a gravedad, además suele derivar en otros trastornos como la depresión. 


Para superar el estrés postraumático, Cano Vindel recomienda informarnos de las consecuencias que puede tener la vivencia de esa situación complicada, conocer los síntomas que pueden aparecer y desarrollar habilidades de manejo de las emociones para superarlas con éxito. El estrés postraumático puede tener consecuencias que no tienen por qué ser negativas: la experiencia se queda grabada en la amígdala (estructura subcortical del cerebro que procesa la memoria y las emociones) y así la persona afectada aprende y relaciona esta frente a situaciones similares, recordando el riesgo que tiene y adaptándose para salir airoso. 


Consecuencias

Las consecuencias del estrés pueden ser en tu cuerpo, tu conducta, pensamientos y sentimientos. Según el Mayo Clinic los síntomas de esto pueden afectar la salud y el reconocerlos puede ayudarte a controlarlos. Algunos efectos secundarios del estrés son: Presión arterial alta, enfermedades cardíacas, obesidad, diabetes, alteraciones en el estado de ánimo, dolor de cabeza, ansiedad, tensión, dolor muscular, inquietud, dolor en el pecho, desmotivación, ira, fatiga, consumo de drogas, cambio en el deseo sexual, irritabilidad, aislamiento social, tristeza, depresión, alteraciones de sueño, etc.


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Webgrafía 


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Autores: Marion Büchner, Catalina Czischke, Pamela Vásquez y Javiera Yáñez. 

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